Uno de los peores defectos de la escena del arte urbano ha sido siempre la ausencia total de crítica. A todo el mundo le parece todo bien. A medida que el dinero ha ido distorsionando la escena y cambiando las cosas a peor, esta ausencia se ha ido haciendo más dolorosa.

Pero parece que esto va cambiando. Por ejemplo, la responsabilidad del arte urbano en la gentrificación, que hace diez años yo trataba de sacar a debate, es hoy un argumento común, y voces principales como Rafael Schacter lo han tratado en artículos muy comentados.

Hace poco el blog de la galería berlinesa Open Walls Gallery publicaba una crítica clara y directa de uno de los proyectos más visibles de la escena, el engendro conocido por las siglas UN que se fundó en Berlín el otoño pasado. La crítica es superficial (hay argumentos más de fondo para poner en duda el sentido del proyecto), pero en el mundillo del arte urbano significa mucho. Más viniendo de una galería, que por supuesto tiene intereses que defender.

Does Berlin need an urban art museum like this?