Hace unos días se hizo pública la sentencia impuesta a la norteamericana Casey Nocket, alias Creepytings, que fue objeto hace dos años de un enorme vapuleo en los medios y redes sociales de Estados Unidos por haber realizado una serie de pequeñas pinturas en diversas reservas naturales del país.
Nocket ha sido condenada a doscientas horas de trabajo social y se le ha prohibido de por vida la entrada a todos los parques naturales y a todas las tierras controladas por el gobierno central, es decir, un veinte por ciento del territorio de los Estados Unidos. Deberá además pagar una multa de cuantía aún por determinar.
El año pasado, en otro sonado caso, el glamuroso escritor de graffiti, artista urbano y hostelero parisino André Saraiva, conocido como “Mr. A”, tuvo que pagar una multa por pintar sobre una roca del Joshua Tree National Park.
En ambos casos se trató de inscripciones pequeñas, no muy diferentes de las que es habitual encontrar en muchos lugares simbólicos a los que acuden excursionistas a menudo. El tipo de marca que suele pasar más bien desapercibida en el paisaje.
Si estos dos casos no han pasado desapercibidos, sino que, por el contrario, han sido objeto de una enorme atención, ha sido por el uso que ambos artistas han hecho de las redes sociales. Ambos publicaron en internet fotografías de sus intervenciones, y fueron estas imágenes las que causaron el escándalo y sirvieron a las fuerzas del orden para encontrarles.
Aunque parezca sorprendente, también en el ámbito del graffiti más controlado y reprimido, por ejemplo en la escena del graffiti sobre trenes, en estos años se han dado casos de detenciones en las que los acusados dejaron todas las pistas y pruebas a la vista en sus redes sociales.
https://www.theguardian.com/us-news/2016/jun/21/graffiti-artist-casey-nocket-reddit-investigation
Leave A Comment