Escif sigue avanzando en su línea de trabajo, que le distingue cada vez más del modelo habitual de artista muralista “paracaidista”. En esta ocasión preguntó a los vecinos de qué objetos se sentían más orgullosos, y pintó esos objetos en el exterior de las casas. A tamaño natural, sin juegos estilísticos, respetando la memoria de la pared, y usando colores presentes en la escena.
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